Opinión personal sobre la polémica generada por los titiriteros de Madrid

Hace unos días, el pasado 5 de Febrero en Madrid, tuvo lugar un acontecimiento que ha generado una gran cantidad de comentarios y opiniones tanto en el ámbito social como en el político.

Un grupo teatral, Títeres desde Abajo, se encontraba representando una obra para niños, “La bruja y Don Cristóbal” en la céntrica Plaza del Canal de Isabel II cuando, durante dicha representación mostraron un cartel en el que se hacía apología del grupo terrorista “ETA” y esto supuso el descontento de todos los allí presentes.

Inmediatamente después se asoció este suceso a la alcaldesa, Manuela Carmena, ya que los sectores más conservadores, la culpan de haber permitido que se llevara cabo esta representación teatral

Personalmente considero que los titiriteros que realizaban la obra, no actuaron bien al sacar ese cartel ya que, como bien se ha dicho en muchos medios de comunicación, es una apología del terrorismo pero también considero que la sociedad está llevando este suceso a límites insospechados.

Es cierto que el suceso no se puede pasar por alto y por ello los titiriteros deben ser sancionados pero considero que trasladarles a la cárcel de Soto del Real, es una medida cautelar extremadamente desorbitada ya que día a día, en los medios de comunicación, se habla de diversos casos de corrupción y/o exhaustivas investigaciones a personalidades de la sociedad española y todos ellos duermen y seguirán durmiendo, plácidamente, en sus casa y con sus familias.

En conclusión, es cierto que los titiriteros no obraron bien y que se deben depurar responsabilidades y sancionar a quiénes sea necesario pero creo que dichas sanciones deben ser justas y no excesivas porque parece que se ríen de la sociedad ya que aplican las sanciones más duras a un grupo de titiriteros pero en ningún caso a todas esas personas que continuamente se ríen de todos nosotros lucrándose de nuestro dinero, trabajo y esfuerzo y que, parece ser, que nunca dejarán de hacerlo puesto que las consecuencias de sus vergonzosos actos son nulas y salen airosos de todos los supuestos delitos que cometen por su nombre, apellidos, amistades, lazos familiares… y esto es lo que verdaderamente nos debe preocupar y avergonzar.