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¿SON CONSERVADORES LOS CUENTOS POPULARES?

  • Carolina Palomo
  • 26 feb 2016
  • 2 Min. de lectura

En un pequeño pueblo del norte de España vivía Carlota, una niña de 10 años de pelo negro y ojos verdes.

Como cada mañana Carlota desayunaba con sus padres para luego ir a la escuela junto con Eduardo, su mejor amigo. Eran las 8:00 de la mañana y como todos los días Eduardo llamó al timbre “Buenos días, vengo a buscar a Carlota para ir juntos a la escuela” dijo a Amelia, la madre de Carlota y antes de que Eduardo pudiera acabar la frase, Carlota ya estaba lista para irse con al colegio.

Este era el momento del día que más le gustaba a Carlota ya que estaba con él, se reían, se contaban chistes e incluso jugaban de camino a la escuela porque estaba muy lejos de sus casas, al llegar al colegio cada uno se iba a su clase y no se encontraban más, aunque Carlota le veía en el recreo jugando con las niñas de su clase y pensaba en lo mucho que deseaba ser una de ellas para jugar con él en el patio.

Por la tarde, al llegar a casa, Carlota ya pensaba en qué se iba a poner al día siguiente porque quería estar guapísima cuando Eduardo fuera a buscarla y Amelia, sabia cuanto le gustaba Eduardo a su hija.

Los días pasaban, las semanas, los meses y los años y nada cambiaba entre Carlota y Eduardo, que ya tenían 17 años, seguían siendo muy buenos amigos pero Carlota seguía tan enamorada de él como cuando tenía 10 años y pensaba que Eduardo solo la veía como lo que era, una amiga.

Llego el 8 de Febrero, cumpleaños de Eduardo, y Carlota fue a su fiesta para darle su regalo y disfrutar de su cumpleaños y fue allí donde Eduardo le confesó que siempre la había querido y había estado enamorado de ella.

Desde ese día han vivido juntos, enamorados y felices en su humilde ciudad y con una vida plena pero sin lujos. Siendo sus propios príncipe y princesa.


 
 
 

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